¿A quién no le gusta una buena lasaña? Especialmente si está recién hecha, con su bechamel tan cremosa y su gratinado crujiente… ¡es irresistible! Además, sabemos que cuando nos ponemos el delantal y cocinamos lasaña, es el momento de hacer que este plato cunda. Pero nos surgen las dudas: si hago una lasaña muy grande y me sobra, ¿se puede congelar? Si quiero que me quede perfecta y cremosa, ¿cómo debo montar sus capas? Si tú también te has hecho alguna vez estas preguntas, es el momento de resolver tus dudas. ¡Sigue leyendo!
La lasaña al horno perfecta: tiempo y temperatura
En la lasaña al horno, el tiempo y la temperatura son la clave del éxito. Para empezar, precalienta el horno en el momento en el que montes la lasaña, para que cuando la introduzcas, la temperatura sea la correcta. Cuando la lasaña esté lista, hornearemos a 220ºC con calor arriba y abajo, y ubicaremos la bandeja en el centro del horno durante 30 minutos.
Pasado este tiempo, es momento del gratinado. Sube la bandeja a la parte superior, activa el modo gratinado de tu horno y mantenla durante 5 minutos, hasta que se dore. ¡Ya conoces el tiempo y temperatura de tu lasaña al horno!
¿Se puede congelar la lasaña?
Y aquí la pregunta del millón: ¿se puede congelar la lasaña? Y si se puede… ¿cómo lo hago? La lasaña nos encanta por muchas –muchísimas– razones, y una de ellas es que siempre está buena. Puedes cocinar una lasaña de gran tamaño, disfrutar de una porción y congelar lo que sobre sabiendo que, cuando la descongeles y vuelvas a hornearla, el resultado seguirá siendo bueno.
La congelación es la forma de preservar de manera natural las recetas con todo su sabor, sin necesidad de añadir nada más, ni colorantes ni aromas artificiales. Para hacerlo de manera sencilla, puedes cortar la lasaña en porciones y envasarla en recipientes aptos para horno, como un tupper de vidrio. Cuando lo hagas, otro truco es poner la fecha, ya que la lasaña puede durar congelada hasta tres meses.
Sin embargo, aunque la lasaña descongelada y horneada de nuevo esté buena, hay un modo de que te quede perfecta: congélala antes de hornearla. Cuando cocinamos la lasaña en el horno, los ingredientes se alteran, y lo mismo sucede al congelarlos. Por ejemplo, cuando congelamos la lasaña hecha y luego volvemos a hornearla, sus ingredientes se calientan dos veces, lo que implica una doble evaporación que podría provocar que quedase algo seca.
Por eso, si queremos disfrutar de la lasaña como si estuviese recién hecha, colócala en envases individuales cuando la estés montando, y hornea únicamente lo que vayas a consumir en el momento, y congela el resto. Así, cuando hornees esa lasaña congelada, te quedará como recién hecha: con su bechamel cremosa y su queso gratinado crujiente. ¡Claro que se puede congelar la lasaña!
¿Cómo montar una lasaña?
En la búsqueda de crear la lasaña perfecta, esta es una de las preguntas que resuenan en nuestra cabeza: ¿cómo montarla? Te damos las claves paso a paso.
Primero, los ingredientes. Montar la lasaña es el último paso, por lo que todos los ingredientes deben estar preparados: el relleno, la bechamel, las capas de pasta, etc. Te recomendamos que utilices pasta fresca o pasta que no necesite cocción, ya que será más fácil montar la lasaña. En cuanto al relleno, ¡tienes muchas opciones! Este plato es muy versátil, por lo que te permitirá elaborar opciones clásicas, como la boloñesa, o incluso opciones veganas de verduras o setas. Elijas el tipo de lasaña que elijas, ten el relleno listo junto con el resto de ingredientes, y colócalos todos a mano para ir montando la lasaña de manera ágil y sencilla.
Después, el orden de las capas. Comienza poniendo en el fondo una capa de bechamel como base. A continuación, pon una capa de pasta, seguida de una capa del relleno que hayas elegido y cubre con bechamel. Sigue este esquema de pasta-relleno-bechamel hasta lo que tu molde te permita.
Termina por todo lo alto: y aquí viene el truco definitivo, ¡nosotros siempre lo hacemos con nuestras lasañas! Sobre la última capa de pasta, corona con una buena capa de bechamel y añade por encima tu queso favorito para gratinar como toque final. El resultado será delicioso, te lo aseguramos.
Esperamos que estos consejos despejen todas tus preguntas frecuentes sobre lasaña y te ayuden a crear el plato perfecto, pero si te apetece una lasaña hecha como en casa en pocos minutos y sin tener que meterte en la cocina, ¡prueba nuestras variedades! ¿Con cuál te quedas?