En ‘La Cocinera’ llevamos mucho tiempo preparando empanadillas. Lo sabemos todo sobre este delicioso pedacito de masa relleno de carne, verduras, pescado o fruta, que tanto al horno como frito queda exquisito si su relleno es auténtico. Un plato capaz de conquistar los paladares de todos los comensales, incluidos los de los más pequeños, que resulta irresistible en cualquier ocasión.
Ya sea de aperitivo comida o cena, las empanadillas llevan siglos protagonizando los menús de casi cualquier parte del mundo. Y aunque las más populares sean las argentinas, su origen se encuentra más cerca de nuestra península. De hecho, su nombre proviene del castellano «empanar», que hace referencia a la acción de envolver algo en masa o pan para cocerlo en el horno o freírlo.
¿De dónde vienen las empanadillas?
En realidad, las empanadas son muy antiguas, los egipcios y los griegos ya utilizaban una técnica parecida, allá por el 1600 A.C. Pero los que realmente las hicieron populares fueron los árabes que, para conservar mejor la comida durante sus largos viajes, comenzaron a envolver carne cordero o de pollo en pequeñas porciones de masa de harina de centeno y de trigo.
Años más tarde, durante la conquista musulmana de la península ibérica (año 711 d.C.), los árabes enriquecieron nuestra cultura culinaria con hojaldres, almíbares, alfajores y empanadillas que rápidamente se extendieron por el resto del territorio. Pastores y diferentes viajeros adoptaron esta costumbre de rellenar diferentes masas de pan con carne y vegetales para consumir los alimentos en el campo o en sus travesías, hasta que, poco a poco, se fue convirtiendo en un plato típico en cualquier hogar español.
Tanto fue así, que se fueron elaborando diferentes tipos de masas y rellenos, de manera que, dependiendo el lugar de la península en el que uno se encontrase, se podían degustar distintas tipologías de empanadillas (como las empanadas gallegas, las manchegas, las murcianas…). En la edad media, ya eran un plato cotidiano en toda la península, incluso el propio Miguel de Cervantes las menciona como un manjar en el clásico Don Quijote de la Mancha (finales del siglo XVI y principios del XVII).
Con los años, la receta se fue perfeccionando a gusto de los consumidores locales hasta extenderse por todo América. Chile, Bolivia, Colombia… e incluso México comenzó a preparar empanadillas de los productos de la zona (carne, queso, verduras, pulpo, e incluso cazón en algunas zonas costeras). Dulces o saladas, fritas o al horno… las opciones eran infinitas. Y para los argentinos en particular, siguen siendo un símbolo de tradición.
Lo mejor de nuestras empanadillas
En Madrid ya forman parte de los alimentos favoritos de los consumidores, especialmente populares entre los estudiantes universitarios. Porque se trata de un plato muy socorrido, que permite tener una alimentación variada sin tener que dejarse una fortuna.
Son fáciles y rápidas de preparar en el horno, la freidora o la sartén, y tanto sus sabores tradicionales como la calidad de su elaboración, hacen posible que te sientas como en casa y las disfrutes todavía más.
Descubre nuestras deliciosas empanadillas congeladas a gusto de todos los paladares, con los sabores castellanos más tradicionales, como las empanadillas de atún, huevo y tomate o al clásico estilo argentino, como las empanadillas de pollo y de carne.
Y si te has quedado con ganas de algo dulce, tienes que probar nuestra irresistible receta de hojaldres con queso brie y mermelada, que te solucionará cualquier merienda, o incluso el postre si lo acompañas de una bola de helado de tu sabor favorito. Disfruta de una comida variada y deliciosa sin tener que pasar mucho tiempo en la cocina. Fácil, sencillo y con un sabor único, prueba nuestras empanadillas congeladas y sorprende a tus comensales.