Las croquetas son uno de los platos más típicos de la cocina española, pero han sabido adaptarse a los nuevos tiempos. De este modo, lo que hace años sería impensable, a día de hoy es una realidad que puede encontrarse en cualquier bar o restaurante. Hablamos, por supuesto, de las croquetas vegetarianas. Pese a su rotunda irrupción en nuestras vidas, hay mucha gente que no las disfruta tanto como les gustaría por la dificultad y el tiempo que entraña prepararlas.
Si estás pensando en una cena rápida, pero no puedes ponerte a preparar la bechamel, dar forma a tus croquetas, empanarlas y freírlas, las croquetas congeladas son un recurso muy socorrido. Con ellas, te transportarás automáticamente al sabor de tu hogar, ya que están preparadas siguiendo una receta tradicional, de igual forma que tú las harías en casa. De este modo, no es necesario elegir entre sabor y tiempo de ocio.
Cocinar las croquetas de espinacas y queso o las de boletus con champiñones te llevará muy poco tiempo. Para ello, solo tienes que calentar aceite en una sartén de tamaño medio hasta que esté bien caliente. Después, hay que freírlas sin descongelar, dándoles la vuelta para que se doren de forma uniforme. ¡Solo necesitarás cuatro minutos! Otra opción, igualmente buena, es emplear la freidora. Tendrás que calentar el aceite a 175ºC, también durante cuatro minutos.
Con el tiempo que te ahorres, podrás preparar la guarnición que mejor vaya contigo o con tus invitados. Suele pensarse que la dieta vegetariana consta de los mismos cinco platos repetidos hasta la saciedad, pero lo cierto es que este tipo de comida tiene un enorme potencial de innovación para satisfacer cualquier paladar. Por ello, a continuación, te traemos cuatro opciones muy diferentes de guarnición para acompañar a tus croquetas vegetarianas. ¡Hay para todos los gustos!
Ensalada griega
Cuando busques algo ligero, una excelente elección es preparar una ensalada griega, que va perfecta con las croquetas de espinacas y queso, y consiste en una adaptación del clásico plato heleno.
Para prepararla, solo tienes que trocear cebolla roja, pepino, pimiento y tomate. Estos son los ingredientes básicos, pero también puedes añadir alcaparras, aceitunas negras y queso Feta -puedes veganizar este plato sustituyéndolo por queso Feta vegano-.
Después, lo único que queda es aliñarla con pimienta negra, sal, aceite de oliva virgen extra y orégano.
Puré de guisantes
Una opción perfecta para disfrutar al calor del hogar en las épocas más frías del año, es acompañar a las croquetas de boletus y champiñones con un nutritivo puré de guisantes.
Lo primero es cocer los guisantes entre 5 y 7 minutos, sofreír un poco de puerro, ajo y cebolla, y mezclarlo todo en la batidora, salpimentándolo y añadiendo un chorrito de limón.
Tras esto, deberás buscar la textura deseada añadiendo poco a poco el caldo de la cocción.
Berenjenas fritas con miel
Las berenjenas fritas con miel son ideales para disfrutar junto a unas apetitosas croquetas de espinacas y queso. Lo único que debes hacer es cortar las berenjenas en bastones, echarles sal y pasarlas por harina.
A continuación, freírlas en aceite muy caliente, sacándolas en cuanto empiecen a adquirir un ligero color tostado, y dejarlas sobre papel absorbente. A la hora de presentarlas, acompáñalas de un poco de miel de caña para que queden de diez.
Presentar un hummus de remolacha para dippear junto a unas croquetas de boletus y champiñones, hará que te vean como a un auténtico chef. Esta guarnición se prepara echando garbanzos en la batidora junto a la remolacha, el zumo de medio limón, tahini, sal, ajo y comino.
Una vez creada una crema homogénea, es el momento de espolvorear por encima del plato unas semillas de sésamo. ¡Los vas a dejar con la boca abierta con su atractivo color!